domingo, 21 de agosto de 2016

LOS ONCE TUPAQUEROS DETENIDOS EN FORMA ILEGAL

Pesadillas de un contador

La mortificación a Milagro Sala y sus diez compañeros como parte de un plan de destrucción moral. Denunciar o ser denunciado, verduguear o ser verdugueado
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por Horacio Verbitsky
La huelga de hambre de Milagro Sala en la cárcel y de un grupo de curas en opción por los pobres en la Plaza de Mayo y las denuncias presentadas por diversas organizaciones nacionales e internacionales ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, llevó al gobierno jujeño del contador Gerardo Morales a levantar la sanción de aislamiento impuesta a la fundadora de la organización barrial Túpac Amaru. Pero esto no atenúa la crueldad que se ejerce contra ella y los otros diez presos políticos de su organización, que tienen menor conocimiento y repercusión mediática. Milagro está desde el 16 de enero en la Unidad Penal 3 de Alto Comedero, junto con Gladys Díaz, Mirtha Aizama y Patricia Pachila Cabana. Están juntas, pero les prohíben compartir las visitas, bajo amenaza de sanción. Milagro recibió a tres periodistas (Alejandra Dandan, Cynthia García y el autor de esta nota) y conversó con otros desde el teléfono público del Penal (Eduardo Valdés, José Luis Politi y Reynaldo Sietecase). El fiscal Aldo Lozano imputó a 12 agentes penitenciarios y los llamó a indagatoria por tolerar que Milagro hablase por celular. En realidad utilizó el teléfono público del penal. La sanción al personal penitenciario tendió a instalar el conflicto entre celadoras e internas.
Desde hace un mes Milagro tiene limitado el número de las visitas extraordinarias, sólo puede recibir a dos al mismo tiempo. Hace diez días le asignaron una penitenciaria que la vigila en forma permanente y si ella camina lo hace a su lado. El jefe del Servicio Penitenciario había designado a la psicóloga Laura Aguirre para atender a Milagro. Cuando al cabo de seis meses trabaron una buena relación, la relevaron, como otra forma de mortificación.
Otras tres compañeras de la Túpac están alojadas en comisarías, pese a que en Jujuy no hay superpoblación penitenciaria, sólo para impedir que puedan verse en la cárcel con Milagro (Rosa Mirta Guerrero, Shaquira; La Gringa Elba Galarza; y María Molina, que son amigas próximas de Sala).
En la comisaría hay otras mujeres detenidas, la mayoría acusadas por la comisión de delitos menores.
La visita al lugar tiene horarios muy limitados (miércoles y domingos una hora entre las 16 y las 17). Carecen del indispensable espacio físico en las celdas, en las que entra agua cuando llueve. Hasta fines de julio debieron bañarse con agua fría y dormir en cojines miserables. Cuando las familias y la organización les proveyeron colchones para ellas y las otras detenidas, la fiscal especial Liliana Fernández de Montiel ordenó retirarlos y sancionar a los responsables de la Comisaría de la Mujer por permitir su ingreso. El mensaje es implícito pero claro: así como a los tupaqueros el contador Morales les da la alternativa de denunciar o ser denunciados, la opción para las fuerzas de seguridad es verduguear o ser verdugueado.
Tres hombres de la organización están privados de su libertad en una unidad penal (Alberto Cardozo), en la Brigada de Investigación (Miguel Angel Sivila, Cacho) y en una comisaría (El Diablito Iván Dante Altamirano). Desde hace más de cinco meses Altamirano comparte una celda pequeña con otros presos, no tiene recreos y puede recibir visitas sólo en horarios muy limitados. No dispone de agua caliente y el acceso a los baños está restringido por la cantidad de presos que hay en el lugar.
Miguel Ángel Sivila está alojado solo y aislado en la Brigada de Investigaciones también desde hace cinco meses. El alojamiento en comisarías, tolerable por pocos días mientras se resuelve la situación procesal de ingreso, se prolonga en estos casos por meses, con un tratamiento diferenciado y discriminatorio. Sólo pueden recibir visitas de sus familiares directos, dos veces por semana durante una hora, según la ilegal circular policial 5364-D5. Nadie más que el fiscal puede autorizar lo que denominan “visitas extraordinarias” y no se les permite ninguna de las actividades propias de una unidad penal, como talleres, escuela, acceso a un espacio verde, lugares comunes para compartir, asistencia social y psicológica, o servicio médico, salvo mediante una solicitud previa, si el fiscal o el juez autorizan la salida. Los allanamientos realizados en sus domicilios para realizar las detenciones fueron muy violentos, con destrucción y robo de muebles y bienes personales, cosa que no fue asentada en las deficientes actas de esos procedimientos. Todos han sido presionados para que acusen a Milagro Sala y se acusen entre ellos, y sus familias denuncian que sufren permanentes intimidaciones y amenazas.
El esposo de Milagro, Raúl Noro, de 72 años, sigue bajo arresto domiciliario, luego de dos semanas en un hospital.

sábado, 20 de agosto de 2016

Consternarse no es suficiente


por Ilka Oliva Corado
Escritora y poetisa. Ilka Oliva Corado nació en Comapa, Jutiapa, Guatemala, el 8 de agosto de 1979. Se graduó de maestra de Educación Física para luego dedicarse al arbitraje profesional de fútbol. Hizo estudios de psicología en la Universidad de San Carlos de Guatemala, carrera interrumpida por su decisión de emigrar a Estados Unidos en 2003, travesía que realizó como indocumentada cruzando el desierto de Sonora en el estado de Arizona. Es autora de cuatro libros.
Cada vez que nos enteramos de una noticia desagradable, (una violación sexual, de un feminicidio, de una masacre, de un acto terrorista)  nuestra primera reacción y última  es consternarnos y quedarnos ahí; como si con eso cumpliéramos con nuestra cuota de conciencia social como muestra de nuestro compromiso colectivo. Con toda la injusticia y dolor que a través de la historia ha hecho este mundo pedazos, nosotros seguimos refugiándonos en nuestra egolatría. Hasta que el dolor no nos toque de cerca y nos rasgue la piel en carne viva, nosotros seguiremos ajenos, inhumanos e insensibles a la desgracia ajena.
Hasta que el dolor no nos toque de cerca y nos rasgue la piel en carne viva, nosotros seguiremos ajenos, inhumanos e insensibles a la desgracia ajena.
Desgracia que es resultado de nuestro silencio, dejadez e inconsecuencia política. Defender la alegría, decimos, como escudo para no vernos en la necesidad de convertir el pensamiento en acción. Miedo de armarnos de valor y pelear por lo que es justo, porque mientras no seamos nosotros los mancillados, todo está bien.
Consternarnos, con un grito de espanto, en una oración, en una misa de cuerpo presente. Consternarnos en una alabanza, en una corona de flores. En un instante de sosiego que nos apacigua y nos excluye de la realidad. Y nos vestimos de galas y brindamos y osamos festejar la dicha y el privilegio de nuestra felicidad. De tener un jardín propio mientras miles se mueren de hambre en las calles. De tener amueblado de comedor mientras miles comen de los basureros. De tener agua caliente y bañera, mientras miles se mueren de sed.
Y festejamos esa loción fina que nos acabamos de comprar, el par de zapatos nuevos que hace juego con nuestra colección, el cambio de teléfono inteligente y nuestros viajes vacacionales que necesitamos exponer al mundo a través de las redes sociales, para que nos vean pues; placenteros de nuestra dicha. ¡Privilegiados!
Y mostramos al mundo los reconocimientos que nos dan, inmersos en la vanidad que nos hace sentir únicos, inmortales, importantes. ¡Sobresalientes!  Mientras el mundo se desmorona a la velocidad de la luz. Mientras miles perecen en las fauces del capital, mismo que nos convierte en esclavos del consumismo y nos aparta de la realidad y nos mantiene en un perenne estado de shock que nos manipula como juguetes de cuerda, como marionetas.
Y la vida es otra cuando estamos lejos del dolor, por eso le huimos, no lo encaramos. Por eso fingimos no verlo, nos damos por desentendidos cuando la vida nos pide a gritos que reaccionemos, que tomemos acción.  Y por eso las muertes de miles de niños por hambruna nos consternan momentáneamente y oramos para que sus almas encuentren refugio en algún lugar. ¿Qué causan en nuestra conciencia los niños que mueren víctimas de genocidios? ¿Ellos también importan? ¿Qué tanto? ¿Qué es un genocidio para nosotros? ¿Cuál es el significado de una guerra? ¿De una invasión? 
Pero la vida sigue, decimos, y nos escudamos en el mundillo ese de la indolencia y de nuestra alegría y felicidad, que pregonamos por doquier.  Ahí estamos a salvo, ahí podemos vivir a nuestras anchas, sin que un ápice de nuestra conciencia nos encare. Y nos muestre nuestra podredumbre humana, nos haga sentir el hedor que expele de nuestra piel moribunda. Nos acomodamos para que sean otros los que vayan a la línea de fuego. Pobres diablos soñadores de mierda.
Y nos duele la vida solo cuando el agua caliente se acaba, cuando se va la luz, cuando se nos acabó el champú, o cuando por culpa del tráfico llegamos tarde a una cita. Y nos sentimos las personas más infelices del mundo cuando llegó Navidad y no tuvimos para comprar estreno o para hacer la cena esa de gala, al estilo burgués.
Y curiosamente no se nos va la vida cuando vemos que en Siria la invasión y el genocidio está acabando con la belleza de la primavera que siempre ha florecido en la sonrisa de los niños. Lo que está haciendo Israel con Palestina, ese genocidio, ese robo de tierras, esa usurpación. O cuando el mar se traga a quinientos refugiados por semana. O cuando el desierto diseca a docenas de inmigrantes indocumentados que buscan llegar a Estados Unidos. No nos duele la vida cuando un gobierno neoliberal  por el que votamos, muele a palos a los más mancillados del sistema y de la impunidad.
Nos duele sí, y nos consternamos para toda la vida cuando la tragedia toca a la puerta de nuestra casa y la habita. Y nos consternamos cuando el reconocimiento y el aplauso no llegan, entonces sí nos deprimimos, nos dejamos caer a causa de nuestro narcisismo.
Y mientras nosotros estamos deprimidos por banalidades, (porque no tenemos para teñirnos el cabello o comprarnos esa botella de ron de exportación) la vida en otras latitudes del planeta, o la vuelta de la esquina, está pidiéndonos a gritos que la volteemos a ver. Si tan solo tuviéramos la entereza de mirar, de escuchar, de sentir, todo lo que el mundo nos dice constantemente, seríamos otra humanidad, no la porquería que habita este planeta.
Consternarnos no es suficiente. El mar no sería mar sin la fuerza de las olas y la tempestad.

lunes, 15 de agosto de 2016

Kissinger frustró los intentos de EEUU para detener las matanzas de la dictadura argentina

Es sabido hace mucho que Kissinger es un criminal de guerra que deberia ser juzgado y condenado por múltiples crimenes de lesa humanidad que constituyeron un verdadero genocidio. Pero también sabemos que excepto que se produzca un milagro (y no creemos en milagros) morirá impune, sin que ni siquiera se le quite el increíble Premio Nobel de la Paz que ignotos noruegos le otorgaron quien sabe por qué. JS
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Nuevos archivos desclasificados prueban que el exsecretario de Estado puso trabas a los intentos del gobierno de Jimmy Carter de tomar medidas enérgicas contra la sangrienta dictadura argentina de 1976-1983


UKI GOÑI / THE GUARDIAN / ELDIARIO.ES
El ex secretario de Estado de Estados Unidos Henry Kissinger frustró los intentos de su país de detener las matanzas de la dictadura militar argentina de 1976-1983 al felicitar a la Junta Militar del país sudamericano por “eliminar” el terrorismo, según importantes archivos recientemente desclasificados.
Los documentos , que salieron a la luz el lunes por la noche, demuestran que la buena relación entre Kissinger y los dictadores argentinos puso trabas a los intentos de Jimmy Carter de influir en el régimen durante su presidencia de 1977 a 1981.
Funcionarios del gobierno de Carter se enfurecieron cuando Kissinger viajó al Mundial de Fútbol en Argentina en 1978 como invitado especial del dictador Jorge Rafael Videla, responsable de la desaparición forzosa de 30.000 opositores a la dictadura militar.
En ese momento, Kissinger ya no trabajaba para el Gobierno, después de que Carter venciera a Gerald Ford en las elecciones de 1976, pero los archivos prueban que los diplomáticos estadounidenses temían que sus elogios a la dictadura incrementaran las matanzas.
Durante sus años como secretario de Estado, Kissinger alentó a la Junta Militar a aniquilar el “terrorismo”. Por el contrario, Carter y Zbigniew Brzezinski, su consejero de Seguridad Nacional, hicieron de los derechos humanos un pilar en la política de exteriores de EEUU y presionaban a la dictadura argentina retrasando préstamos y venta de equipamiento militar.

Kissinger elogió a Videla


Otro cable diplomático explica que, durante una comida con Videla, “Kissinger aplaudió los esfuerzos argentinos por combatir el terrorismo” y lamentó que “desafortunadamente muchos estadounidenses piensen que Argentina es una bebida sin alcohol”. Dijo que muchos estadounidenses “no saben nada de la historia argentina ni de sus esfuerzos en la lucha contra el terrorismo”.Los cables recientemente desclasificados relatan cómo Kissinger elogió a Videla y otros militares por sus métodos durante su visita al país en 1978. “Los elogios de Kissinger al gobierno argentino por su campaña contra el terrorismo fue la música que los militares querían escuchar,” dice uno de los documentos.
Kissinger tuvo incluso una reunión privada con Videla, sin la presencia del embajador de EEUU en Buenos Aires, Raúl Castro, en la que se discutieron temas de derechos humanos y la política de asuntos exteriores de Carter. “Videla arregló todo para que Kissinger y el intérprete llegaran media hora antes que el embajador”, revela un cable.
Durante otra reunión extraoficial con el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), un grupo de diplomáticos argentinos conservadores y muy influyentes, Kissinger fue aún más lejos, declarando que “en su opinión, el gobierno argentino estaba haciendo un muy buen trabajo eliminando fuerzas terroristas”.
Castro, el embajador de Estados Unidos, estaba escandalizado por el comportamiento de Kissinger.
“Mi única preocupación es que los repetidos elogios de Kissinger hacia las acciones del gobierno argentino para aniquilar el terrorismo… se les suban a la cabeza a los anfitriones argentinos”, escribió el embajador en un extenso cable a Washington. “Existe el peligro de que los argentinos utilicen las declaraciones elogiosas de Kissinger para justificar un endurecimiento de su postura frente a los derechos humanos”.
Los funcionarios en Washington estaban furiosos. “Los elogios de Kissinger al gobierno argentino por su campaña contra el terrorismo fueron la música que los militares querían escuchar,” escribió Robert Pastor, miembro del Consejo de Seguridad Nacional, en un resumen de la visita de Kissinger para Brzezinski. “Lo que me preocupa es su aparente deseo de hablar contra la política de derechos humanos del gobierno del Presidente Carter”, señaló Pastor.
Carter quiso que Juan Pablo II interviniese
Los documentos desclasificados revelan que en un momento el gobierno de Carter consideró pedir al papa Juan Pablo II que interviniera ante los dictadores argentinos.
Un extenso cable de septiembre de 1980 marcado como “confidencial” explicaba que “la Iglesia y el papa tienen mucha más influencia aquí que el gobierno de Estados Unidos y podrían ser intermediarios efectivos con el objetivo de volver a un Estado de derecho”.
El cable –de funcionarios de Estados Unidos en Roma- dice que “el Vaticano podría ser el intermediario más efectivo” ante las autoridades argentinas, que “utilizan las desapariciones como táctica habitual”.
Los documentos no revelan si los diplomáticos estadounidenses llegaron a contactar al Vaticano, y el papel de la Iglesia Católica durante esos años oscuros sigue siendo tema de debate: muchos informes indican que había sacerdotes presentes durante sesiones de tortura. No fue sino mucho después, en el año 2000, que la Iglesia Católica argentina finalmente pidió disculpas por hacer la vista gorda ante la represión.
Los cables también describen el antisemitismo delirante que predominaba entre los generales argentinos, que estaban convencidos de que Brzezinski (un católico nacido en Polonia) dirigía una conspiración judía mundial contra Argentina.
Para combatir esta supuesta conspiración, la dictadura secuestró al prestigioso periodista judío Jacobo Timerman. Gracias a la fuerte presión del gobierno de Carter, Timerman fue finalmente liberado, aunque se le quitó la ciudadanía argentina y fue expulsado a Israel, donde relató a diplomáticos estadounidenses las torturas a las que fue sometido.
“Timerman explicó que el punto principal de los interrogatorios durante su cautividad era su supuesto papel como líder argentino de una presunta conspiración sionista mundial”, advierte un cable desclasificado de la Embajada de Estados Unidos en Tel Aviv.
Otro informe de Pastor para Brzezinski –con el encabezado “Tú no pareces judío”– relata con incredulidad que Timerman le dijo a los diplomáticos estadounidenses que “la mayoría de los militares argentinos cree que existe una conspiración judía a nivel mundial de la cual nacen los problemas de terrorismo en el país, y creen que usted (Brzezinski) dirige dicha conspiración”.
Cuando Timerman le señaló a sus torturadores que Brzezinski era católico, le contestaron que eso era parte del ardid, explicó Pastor. “¡Creen que usted es judío porque leyeron la guía telefónica de Nueva York y encontraron varios ‘Brzezinskis’ con nombres de pila judíos!”, escribió.
fuente: Pájaro rojo

GUANTÁNAMO

Pradhan no es una abogada elegida por quienes han sido secuestrados y confinados en la prisión de Guantánamo, que aunque queda geográficamente en Cuba, es en los hechos un limbo, un territorio sin ley,  fuera de la Constitución de los Estados Unidos y de las leyes internacionales. No, es una defensora oficial nombrada y pagada por el Ministerio de Defensa, esto es, el Pentágono. Y ello da todavía más fuerza a su denuncia de ese pozo de iniquidades que ilustra a la perfección la absoluta falta de ética de la potencia que mejor encarna la actual fase del capitalismo financiero, despojado de cualquier vestigio de humanidad. La nota fue publicada ayer.

Alka Pradhan, de visita en Buenos Aires, accedió a una entrevista con Télam 

Abogada de presos de Guantánamo dice que EEUU no busca justicia, sino tapar sus propios crímenes

De visita en el país para promover el cierre de la prisión de Guantánamo, la abogada de uno de los cinco acusados por los atentados a las Torres Gemelas dijo que el gobierno de los EEUU no quiere justicia y que pretende mantener en secreto el “juicio penal más grande de la historia” de ese país para “tapar” las violaciones de la ley internacional que ha cometido en 15 años de “guerra contra el terrorismo”. La estadounidense Alka Pradhan, en entrevista con Télam, agregó que temía que los esfuerzos para cerrar la prisión norteamericana pudieran verse socavados por el caso de otro ex preso de Guantánamo a quien también representó y que el mes pasado reapareció en Venezuela tras salir de Uruguay y estar semanas con paradero desconocido.
 Al tiempo, Pradhan agradeció a Montevideo por haber acogido a ese ex prisionero hace dos años.
Pradhan cargó además contra el presidente de su país, Barack Obama, por haber incumplido su promesa de clausurar Guantánamo y haber desaprovechado “numerosas ocasiones” para hacerlo, y dijo estar “por supuesto preocupada” cuando escucha al candidato presidencial republicano Donald Trump decir que la prisión “ha sido útil y debe mantenerse abierta y llenarse aún más de terroristas”.
“Los atentados del 11 de septiembre fueron actos abominables que causaron un gran sufrimiento en los Estados Unidos; todos estamos de acuerdo en eso. Pero detener ilegalmente, torturar y recluir a estas personas sin cargos ni las más mínimas garantías es contrario a los principios con los que los Estados Unidos dicen estar comprometidos”, dijo Pradhan sobre los detenidos en Guantánamo.
Con apenas 34 años y una fulgurante carrera académica y un destacado desempeño profesional en la actividad privada, Pradhan es abogada del kuwaití Ammar al Baluchi, uno de los cinco hombres que están siendo juzgados como presuntos organizadores o partícipes de los atentados del 11 de septiembre de 2001 por cortes marciales estadounidenses muy cuestionadas, llamadas Comisiones Militares de Guantánamo.
Estos tribunales especiales fueron creados por la administración del ex presidente George W. Bush tras los atentados, en 2001, y avalados por ley años después, y su finalidad actual es juzgar a los internos de Guantánamo, la prisión militar ubicada en territorio de Cuba y establecida en 2002 también por el gobierno de Bush para confinar extrajudicialmente a los ciudadanos extranjeros detenidos en la “guerra al terrorismo”.
“Las comisiones militares son un aspecto de Guantánamo que la mayoría de la gente desconoce. Todos saben que algunos hombres asociados con el 11 de septiembre están siendo juzgados”, dijo Pradhan, y recordó que estas cortes son tribunales secretos que actúan en base a evidencia secreta elegida por sus fiscales, que los acusados -todos ellos torturados- no pueden ver y que a menudo se niega a los abogados.
“Ahora, aparte de esos pocos hombres, nadie parece saber cómo es el juicio, cómo son los procedimientos y quiénes son realmente esas personas”, prosiguió la letrada, quien se desempeña como una especie de defensora de oficio designada por el Pentágono, que le paga su sueldo, para representar a al Baluchi, ya que los presos en Guantánamo no tiene derecho a elegir libremente a su abogado.
“Todo esto es fruto de algo deliberado: el gobierno de los Estados Unidos está intentando, por todos los medios, mantener en secreto el juicio penal más grande de la historia del país, y la razón de esto es la gran cantidad de leyes internacionales que los Estados Unidos ha violado al detener a estas personas y confinarlas en Guantánamo”, añadió.
Pradhan dijo que el Ejército estadounidense ha echado mano a todo lo que ha podido para impedir que se haga Justicia rápidamente con los detenidos en Guantánamo, incluyendo haber intentado infiltrar un equipo de defensores con un agente del FBI, y que encima los ha acusado a ellos, los abogados, de demorar los procedimientos y embarrar la cancha con subterfugios.
Agregó que el gobierno y el Ejército han confiscado material legal de su cliente, han instalado micrófonos ocultos en reuniones entre abogados y detenidos en Guantánamo y hasta compartieron más información confidencial con los realizadores de una película basada en los interrogatorios de al Baluchi en cárceles secretas de la CIA, llamada Zero Dark Thirty, que con ella misma, su abogada.
“Mi cliente fue capturado en Pakistán en 2003. Luego estuvo en varios centros de detención secretos de la CIA -él tiene una idea somera, pero no sabemos bien en qué países- hasta que fue transferido a Guantánamo en 2006. En sus interrogatorios, fue torturado, golpeado y metido en agua helada. También le envolvían la cabeza con una toalla y se la golpeaban contra la pared hasta que él sangraba”, contó.
Pradhan contó que ve a al Baluchi, de 38 años, con regularidad en Guantánamo pero que no le han permitido visitar su celda para evaluar sus condiciones de detención, y que su equipo legal está intentando obtener autorización para que el argentino Juan Méndez, relator especial de la ONU sobre la Tortura, pueda hacerlo. “Por lo que hemos oído de él y otros detenidos, los malos tratos y las malas condiciones continúan”, dijo.
Sobre el ex preso de Guantánamo que desapareció de Uruguay y que en julio fue detenido en Venezuela, la abogada dijo que su ex cliente, el sirio Jihad Diyab, “no es ningún terrorista, es esencialmente una persona separada de su familia, una víctima de Estados Unidos, un lisiado que necesita atención médica” y con un estado de salud muy delicado por varias huelgas de hambre que hizo en 12 años en Guantánamo.
“No tengo más que palabras de agradecimiento para Uruguay y entiendo que algunos funcionarios uruguayos puedan sentirse decepcionados con el comportamiento de Diyab. Pero él es una víctima que nunca debió haber sido llevado a Guantánamo en primer lugar, y quiero disculparme con Uruguay en su nombre” luego de que Montevideo aceptara acogerlo como refugiado en 2014 junto a otros cinco ex presos en la prisión en Cuba.
Pradhan agregó que temía que el incidente perjudicara los esfuerzos para trasladar a otros países a los 76 hombres que siguen prisioneros en Guantánamo, algo considerado crucial en los planes de Obama para cerrar la cárcel, aunque destacó que esperaba que no sea así.
En su primera visita al país, Pradhan llegó a la Argentina el martes. Durante su estadía, dijo que tenía previsto reunirse con activistas de derechos humanos y dar hoy una charla en la Facultad de Derecho de la UBA para “generar conciencia” sobre la necesidad de cerrar Guantánamo. Mañana emprende el regreso a los Estados Unidos, pero hará una escala en Colombia para seguir con su campaña en América Latina.