La OCHA teme por la vida de estos desplazados, expuestos a las bombas y a los artefactos que no explotaron diseminados por Daesh en zonas del país árabe.
La OCHA teme por la vida de estos desplazados, expuestos a las bombas y a los artefactos que no explotaron diseminados por Daesh en zonas del país árabe.
Unas 66.000 personas huyeron de sus hogares producto de los combates que se desarrollan en el norte de Siria, informó este domingo la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA por su sigla en inglés).
"Esta cifra incluye cerca de 40.000 personas desplazadas de al-Bab y de la vecina ciudad de Tadef y otras 26.000 procedentes de las localidades del este de al-Bab", señaló la OCHA en una nota publicada en su portal web.
Aunque la operación de al-Bab terminó el 23 de febrero pasado con la toma de la ciudad por grupos armados apoyados por el Ejército turco, según el comunicado, las hostilidades al este se intensificaron dos días más tarde.
Al-Bab era un importante feudo del grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe) en el norte de Siria, que fue reconquistado por las fuerzas turcas y grupos armados sirios aliados el 23 de febrero, tras semanas de intensos enfrentamientos.
La OCHA indicó que la elevada cantidad de minas y otros explosivos sin detonar en la zona "es uno de los principales desafíos que enfrentan los civiles a su regreso y los organismos humanitarios que procuran responder" a la situación.
"Como la situación sobre el terreno sigue siendo inestable, las prioridades humanitarias incluyen garantías de todas las partes a la libre circulación de los civiles, la facilitación de las actividades civiles de desminado y el acceso irrestricto de los organismos humanitarios y sus asociados", apunta la nota.
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